Ingredientes:
- 250 g de galletas
- 80 g de mantequilla
- 1 l de leche
- 1 palo de canela
- la cáscara de 1 limón
- 500 g de nata líquida (35% de materia grasa)
- 75 g de azúcar
- 3 sobres de cuajada
- Canela en polvo
Triturar las galletas, añadir la mantequilla y mezclar bien con una espátula. Extender en el molde (uno redondo desmontable de 26 cm) y reservar en la nevera.
Poner el resto de ingredientes (salvo la canela en polvo, la cuajada y un poco de leche) en una cazuela a fuego suave. Mientras llega a hervir, mezclar la cuajada con la leche reservada y añadir a la cazuela. A partir de ahí yo suelo seguir las instrucciones del envase de cuajada (dejar que vuelva a hervir, retirar del fuego, volver a poner al fuego y llevar a ebullición una última vez).
Verter la mezcla en el molde sobre la capa de galleta, pasándola por un colador. Reservar en el frigorífico de un día para otro.
Antes de servir, espolvorear con canela en polvo. Se toma bien fría.
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