Ingredientes:
- 600 g de queso crema
– 4 huevos pequeños
– 200 g de azúcar
– 20 g de harina
– 250 ml de nata líquida
Cascar los huevos a un bol y romperlos con una varilla manual. Agregar el azúcar y la harina, y mezclar un poco. Incorporar el queso crema a temperatura ambiente (sin batir) y seguir mezclando.
Finalmente, verter la nata líquida y mezclar hasta conseguir una masa homogénea.
Cubrir un molde desmontable (de 18 centímetros de diámetro) con papel sulfurizado o papel vegetal para horno. Verter dentro la mezcla y hornear a 200º durante 40-45 minutos.
Retirar la tarta de queso del horno y dejar reposar (3-4 horas) hasta que se enfríe bien antes de desmoldar.
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La primera vez la mezclamos a mano y quedó muy buena. La segunda vez fue con robot de cocina y la nata empezó a montar (además estaba fría de nevera; se podría probar en el robot pero a temperatura ambiente para que no suba tanto). El sabor quedó muy bueno también, pero se cayó un pelín de masa en el horno hacia el final de la cocción. Quizá sea porque la masa tenía más volumen que cuando la mezclamos a mano.
200° me da la impresión de que es mucho, siempre empieza a quemarse por arriba. En mi horno hay que ponerla un nivel menos de lo normal (de altura), vigilarla mucho y, a los 20 min, bajar la temperatura (unos 180°) y cubrir con papel de plata. En mi horno, como no tiene aire, también hay que girarla a media cocción.
Cuando lleva 50-55 min se produce un momento de pánico porque parece que no va a cuajar nunca, pero de repente ocurre el milagro. Aunque todavía baile, cuando el cuchillo sale limpio (esta vez no justo en el centro, sino pinchazo nuevo un poco a un lado) apago el horno y lo dejo 5 min más. En total, una hora.
Cuando se enfría y baja acaba de cuajar del todo.
Está deliciosa.
